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Declaración de Estrategia de la Campaña "Boicot a Israel"

“Demandamos a la comunidad internacional y los gobiernos imponer sanciones políticas y económicas sobre Israel, incluyendo un embargo de armamento. Llamamos a los movimientos sociales a movilizarse también en campañas de desinversión y boicot. Esos esfuerzos tienen como objetivo obligar a Israel a implementar las resoluciones internacionales, y la opinión asesora de la Corte Internacional de Justicia, para detener y derribar el muro ilegal y poner fin a todas las políticas de ocupación y apartheid”
De la Asamblea de los Movimientos contra la Guerra, Foro Social Mundial, Porto Alegre 2005

El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la Naciones Unidas aprobó la resolución 181 con la que daba luz verde a la partición de Palestina (55% para el nuevo estado judío y 45% para el árabe), en un supuesto intento de acabar con los enfrentamientos que se vivían en la zona. En mayo de 1948, David Ben Gurion declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel lo que desencadenó la intervención militar de los Estados árabes vecinos. Al final de esta primera guerra árabe-israelí, el Estado judío amplió la superficie de su territorio (hasta el 78% de la Palestina histórica). La Nakba (el desastre), supuso la destrucción de 389 pueblos y la huida de casi 800.000 palestinos creando lo que será la mayor población refugiada en el mundo. A pesar de la legislación internacional (resolución 194 de diciembre de 1948), los refugiados nunca pudieron volver. Y después de casi sesenta años de exilio, continúa siendo uno de los puntos clave y más rechazado de la negociación.

Desde entonces, el proyecto sionista y la colonización de toda la tierra palestina se han ido consolidando a través de una política de hechos consumados.

En 1967, la continua violación del Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU por parte de Israel, se volvió más flagrante: después de la guerra de los seis días, Israel ocupa ilegalmente Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza, sometiendo al pueblo palestino a vivir bajo asedio.

A mediados de 2002, Israel pone en marcha la construcción del Muro del Apartheid. Este muro, cuyo trazado se establece sin tener en cuenta en ningún momento la línea verde trazada por la Naciones Unidas en 1967, supone la confiscación y anexión de facto del 50% de las tierras palestinas de Cisjordania. A consecuencia del muro, 210.000 palestinos de 67 pueblos estarán directamente afectados, el 16% de la población palestina de Cisjordania quedará atrapada entre la línea verde y el muro, 200.000 habitantes de Jerusalén Este quedaran aislados del resto de Cisjordania, el 98% de los colonos que viven en Cisjordania (unos 400.000) quedaran incluidos dentro de las zonas anexionadas de facto y además quedará dentro de esa misma zona parte importante de los acuíferos que abastecen los cultivos palestinos. Para empezar.

A ello se le suma la colonización de la tierra palestina a través de cientos de puestos de control y la implacable expansión de asentamientos (colonias), los asesinatos, arrestos ilegales y continuos castigos colectivos, así como la descarada limpieza étnica, las políticas discriminatorias en Jerusalén y dentro de Israel con los árabes que viven en dicho territorio, y la negativa al retorno de los palestinos en condición de refugiados.

No existe posibilidad de reconciliación entre ambos pueblos mientras los Derechos Humanos de la población árabe, tanto de Palestina como de Israel, no sean garantizados. Los Derechos Humanos que son universales, indivisibles e interdependientes, no son respetados por Israel, al igual que los derechos civiles con los ciudadanos árabes en Israel, discriminados por criterios religiosos y étnico-nacionalistas.

La Unión Europea y sus Estados miembros permanecen, desde hace años, anclados en el ámbito de la “diplomacia declarativa” respecto a Israel mientras brillan por su ausencia las medidas reales que puedan incidir en la práctica sobre la implementación del Derecho Humanitario Internacional en los Territorios Palestinos. Es más, la Unión Europea se vuelve cómplice de la continua violación de los Derechos Humanos por parte de Israel, al impulsar y mantener acuerdos de todo tipo con este país que basa su política en la negación de sus obligaciones en cuanto a su estatuto de potencia ocupante y de Estado para todos sus ciudadanos.

La comunidad internacional elige no imponer la implementación de la decisión de la CIJ, que oficialmente Israel ha rechazado, al tiempo que apoya las recientes cumbres como la conferencia de Sharm el-Shaikh, transformando la lucha palestina en una “cuestión de seguridad”, reflejando la propaganda israelí. Otras iniciativas como la Conferencia de Londres desvían la lucha por los derechos políticos universales a las “reformas democráticas” y “necesidades humanitarias”. Mientras que es justicia y liberación lo que pide el pueblo palestino.

Israel está completando un proyecto para una versión de apartheid “hi-tech”, una forma de esclavitud del siglo XXI con la incansable complicidad de la comunidad internacional.

¡Esto necesita detenerse AHORA!

Provistos de la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la que demanda la destrucción del Muro del Apartheid y, una vez más, condena la ocupación israelí y las políticas de asentamientos, la Xarxa d' Enllaç amb Palestina, Sodepau, Rai, Palestina Resisteix, la Plataforma Aturem la Guerra y Boicot Preventiu se unen a la Campaña Popular Palestina contra el Muro del Apartheid, impulsada por decenas de organizaciones, incluyendo organizaciones israelíes, para demandar Boicot, Desinversión y Sanciones sobre Israel.

Las sanciones económicas y políticas funcionaron con éxito en Sudáfrica y deben ser aplicadas contra Israel inmediatamente. Su necesidad y sus posibilidades son ahora mayores que nunca. El boicot y las sanciones son el último mecanismo al que debe recurrirse. Pero, agotadas las vías del derecho para modificar el ilegal comportamiento israelí, ha llegado la hora de hacer presión para aislar este régimen de ocupación y apartheid: boicot ciudadano (boicot a productos, boicot académico, boicot cultural, boicot deportivo) y sanciones internacionales contra su Estado.

Las presiones económicas y políticas contra el Estado de Israel han sido entendidas como la mejor forma de:

* Apoyar la resistencia del pueblo palestino.

* Dar a conocer a la sociedad las prácticas de ocupación y apartheid israelíes.

* Dar valor a los derechos humanos y la legislación internacional haciendo responsable a Israel y obligándolo a pagar por sus crímenes.

* Revelar y resaltar la responsabilidad de la comunidad internacional que apoya los crímenes israelíes violando implacablemente los Derechos Humanos, los derechos civiles y la Legislación Internacional.

* Y sobre todo, terminar con el apoyo internacional para el Apartheid y la Ocupación, ya que jamás el apartheid puede sobrevivir sin asistencia externa.Forjando una plataforma en torno a la cual podemos crear un movimiento internacional, hacemos notar el consenso que ha surgido en torno a los siguientes objetivos de las campañas de boicot, desinversión y sanciones:

* Derribar el Muro del Apartheid implementando la decisión de la CIJ en su totalidad

* Terminar la ocupación y apartheid israelí

* Aplicar la legislación internacional y las resoluciones de la ONU incluyendo el derecho de retorno de los refugiados palestinos.

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